El 43% de las alertas analizadas por el Consejo están relacionadas con contenidos potencialmente sexistas en la publicidad

El CAA centrará su labor inmediata en la lucha contra la pornografía y la publicidad de servicios sexuales. El seguimiento diario llevado a cabo por el Consejo Audiovisual de Andalucía a los contenidos audiovisuales emitidos en Andalucía ha generado en 2007 una base de datos con alrededor de 30 mil piezas de video -17 mil provenientes de operadores locales y 13 mil de la RTVA que están siendo analizadas por el Servicio de Análisis del CAA.
Como resultados, y sólo referidos al ámbito de la RTVA, el 43 por ciento de las alertas o registros analizados están en relación con contenidos potencialmente sexistas en la publicidad por la transmisión de estereotipos tanto masculinos como femeninos que inciden en la discriminación de la mujer respecto del hombre.


Estos son algunos de los datos que ha aportado el coordinador del área de Contenidos del CAA Juan Carlos Fernández Serrato en su intervención en el marco del 2º Congreso Internacional de Estudios de Género y Políticas de Igualdad. La Imagen pública de la mujer, que se celebra estos días en Málaga.
El Consejo Audiovisual de Andalucía, organismo de igualdad, tiene encomendada la tarea de promover la igualdad de hombres y mujeres y combatir el sexismo mediante las diferentes funciones que abarcan tres grandes áreas: la defensa de los derechos de la ciudadanía, la vigilancia y control en el cumplimiento de las leyes y la ordenación y regularización del mercado audiovisual.
En su intervención, el coordinador de Contenidos del CAA ha destacado la capacidad que tiene este Organismo en la ordenación y control de los contenidos emitidos en y para Andalucía, a través de la adopción de decisiones, instrucciones y recomendaciones que pueden ser vinculantes para los operadores. También a través de la potestad sancionadora.
Para el seguimiento de los aproximadamente 700 operadores de radio y televisión sobre los que tiene competencias, el CAA ha puesto en marcha un sistema de seguimiento que permite de manera sistemática ver y grabar cada día en torno a 600 horas de televisión emitidas por el operador público autonómico y emisoras locales con un ámbito de influencia de más de 100 mil habitantes, distribuidas por toda la geografía andaluza, así como aquellas emisiones específicas para Andalucía de operadores estatales. Cuando este sistema esté totalmente desarrollado se visionarán y grabarán diariamente más de 1.200 horas de televisión y 1.000 de radio.
El objetivo de este seguimiento es velar por el cumplimiento de la normativa en materia audiovisual, especialmente en horario de protección infantil y realizar estudios e informes que respalden las decisiones, recomendaciones e instrucciones dirigidas al sector audiovisual.
Entre los objetivos establecidos para 2008 por este Organismo destaca la lucha contra la pornografía y la publicidad de servicios sexuales, avanzar en la concreción de indicadores y métodos de análisis que permitan medir el sexismo en la programación y en la publicidad, concretar – tal como exige la Ley andaluza las medidas de prevención y protección integral contra la violencia de género- las medidas o acciones que podamos adoptar para que los medios audiovisuales traten y reflejen la violencia de género en toda su complejidad.
Andalucía ha desarrollado un nuevo marco legislativo y de políticas públicas en materia de protección de la imagen pública de las mujeres. La reciente legislación estatal y autonómica zanja así polémicas estériles sobre la responsabilidad de los medios y su peso en la difusión de modelos de comportamientos, de valores y de contravalores que nos permitan avanzar par alcanzar el objetivo ampliamente compartido de construir una sociedad saludable e igualitaria.
El que Andalucía cuente con una autoridad que tiene como deber ineludible vigilar y lograr que los contenidos audiovisuales respeten y fomenten la igualdad sitúa a esta Comunidad a la cabeza de las democracias avanzadas y la dota de un instrumento eficaz para suprimir los estereotipos, tópicos, el lenguaje y cualquiera otras representaciones degradantes y humillantes que constituyen un atentado con la dignidad de la persona y contribuyen a la discriminación de la mujer.