El Consejo Audiovisual de Andalucía (CAA) acogió esta mañana en su sede la presentación en Andalucía del Observatorio de Contenidos Televisivos y Audiovisuales (OCTA), una plataforma que aglutina a más de medio centenar de colectivos pertenecientes a la sociedad civil –organizaciones de infancia, de padres y educadores, sindicales, vecinales, de comunicación, de consumidores y usuarios, etc-, cuyo objetivo fundamental es garantizar los derechos de la infancia y de la juventud en su relación con los diferentes medios y sistemas de comunicación.
La protección de la infancia y adolescencia ante los contenidos televisivos constituye una de las líneas de actuación prioritarias para el CAA, tal y como establece su Ley de Creación, además de una convicción personal de los miembros del Consejo, según destacó el presidente de la institución, Juan Montabes.
En el acto de presentación de este observatorio en la comunidad asistieron el portavoz del OCTA, Alejandro Perales, Manuel Guillén, representante de la Asociación de Telespectadores de Andalucía (ATEA), Juan Carlos Suárez, perteneciente a la Asociación de Usuarios de la Comunicación (AUC) y Ángeles Pérez, miembro de UNESCO e integrante del OCTA. La presidenta de la Asociación de la Prensa de Sevilla, Nani Carvajal, fue la encargada de cerrar esta presentación en la que también estuvo presente Patricio Gutiérrez del Álamo, Defensor del Oyente y Espectador de la RTVA.
El presidente del CAA destacó la necesidad de reforzar los mecanismos de colaboración entre el Consejo Audiovisual de Andalucía con los representantes de la sociedad civil a través de foros de acción o comités mixtos análogos a los ya existentes entre el CAA y las Organizaciones Gitanas andaluzas y las entidades representantes de personas con discapacidad.
El objetivo, explicó el presidente del CAA, sería poner en práctica en Andalucía uno de los aspectos que prevé la Ley General Audiovisual, en vigor desde el 1 de mayo, respecto del futuro Consejo Estatal de Medios Audiovisuales (CEMA), al establecer la creación de un Comité Consultivo de apoyo que garantice la participación de colectivos y asociaciones ciudadanas en las decisiones del CEMA.
Durante el acto, el portavoz del OCTA, Alejandro Perales, llamó la atención sobre los contenidos “fundamentalmente orientados al merchandising” de canales temáticos dirigidos a la infancia. También puso de manifiesto la inadecuación de los horarios de protección infantil en la televisión (desde las 6.00 a las 22.00 horas) a los usos y costumbres de España. En este sentido, Perales lamentó que los operadores de televisión, a excepción de los de carácter público, no sólo han renunciado a emitir programación infantil, sino que programan contenidos para adultos en horario protegido.
Ángeles Pérez, representante de UNESCO, apeló a la responsabilidad de los padres y madres de menores de edad para que controlen y administren los contenidos televisivos que consumen sus hijos. Al hilo de este argumento, se destacó también la necesidad de fomentar la alfabetización mediática entre la población menor de edad. La presidenta de la Asociación de la Prensa de Sevilla, Nani Carvajal, abogó por implicar a los profesionales de los medios de comunicación en esta labor de alfabetización mediática y en la mejora de los contenidos para el público infantil.
La televisión y los menores en Andalucía
La trascendencia de la protección de la infancia ante los contenidos audiovisuales se constata en los datos del Informe General sobre Menores y Televisión en Andalucía, de 2008, del CAA, según el cual, un 23 por ciento de los menores andaluces (aproximadamente 275.000 niños de entre 4 y 12 años), están delante del televisor entre las 22.30 y las 23.30 horas. La legislación española, que traspone la directiva europea sobre esta materia, fija en las 22 horas el final del horario protegido.
Otro dato que, según recalcó el presidente del CAA, “por sí solo justifica el especial celo que han de tener los programadores y los operadores de televisión”, es el hecho de que un menor pasa en la escuela casi las mismas horas (960) que delante de las pantallas de televisión (990) a lo largo de un año. A todo esto, hay que sumar que uno de cada tres niños andaluces dispone de una televisión en su dormitorio.