La consejera del Consejo Audiovisual de Andalucía (CAA) Carmen Morillo ha incidido en la necesidad de que los poderes públicos acometan un desarrollo legislativo de conceptos jurídicamente indeterminados relacionados con el sexismo como son la dignidad de la mujer, los estereotipos sexistas o la discriminación a través del lenguaje.
Morillo ha explicado que esta falta de concreción impide en la actualidad que las autoridades reguladoras como el CAA puedan intervenir de forma ágil y contundente ante tales vulneraciones en los medios de comunicación y la publicidad. La consejera del Audiovisual andaluz hizo estas consideraciones en el transcurso de una conferencia en la Universidad de Córdoba sobre igualdad de género en los medios de comunicación a la que ha asistido la delegada de Educación, Cultura y Deporte en Córdoba, Manuela Gómez.
Carmen Morillo recordó que en España, el respeto a la igualdad de género en los contenidos y la publicidad que emiten los medios de comunicación se ha confiado a la autorregulación, una fórmula que ha fracasado y que se ha mostrado ineficaz. “No hay que renunciar a la autorregulación pero no se puede confiar sólo en la responsabilidad de los medios y de la industria de la publicidad para conciliar libertades y derechos fundamentales”, ha señalado la consejera del CAA, que ha recordado que la apuesta del Consejo es la corregulación: “Un buen instrumento que permite dialogar con el sector para establecer normas y exigir que se cumplan”.
En su conferencia, Carmen Morillo destacó la labor del CAA a la hora de generar indicadores que permitan medir con precisión el sexismo, para poder argumentarlo técnicamente. Una condición fundamental en las autoridades reguladoras, ha dicho, que pueden requerir el cese de contenidos discriminatorios y adoptar medidas sancionadoras de acuerdo con la legislación de cada país.
Esta necesidad surge de la regulación “pobre y siempre favorable a los intereses de los medios y de la publicidad frente a los intereses generales de la sociedad” que caracteriza la legislación española en la materia, ha denunciado. Sobre este aspecto, ha recordado que el sector de los medios defiende con beligerancia la autorregulación como método para garantizar valores y derechos constitucionales sin quebrar el principio de libertad editorial, las libertades de expresión y de información y la libertad empresarial. “¿Es más valiosa la libertad de los medios o de la industria publicitaria que el derecho a la igualdad? ¿La desigualdad puede ser hoy un efecto inevitable de la libertad?”, ha preguntado Carmen Morillo.
Así, ha recordado que el CAA ha creado una tabla de 36 indicadores cuantitativos y cualitativos en cinco ámbitos o áreas estratégicas de intervención en los medios: la regulación, autorregulación y corrregulación de los medios, el derecho a la información, la lucha contra la violencia hacia las mujeres, las comunicaciones comerciales o publicidad y los programas de entretenimiento.
Estos indicadores han sido consensuados en el seno de un organismo internacional que integra a los consejos audiovisuales de 24 países del arco mediterráneo. Se trata de unos instrumentos de medición que proporcionan un método de observación y análisis de los medios, aplicables a cualquier país.
La trayectoria del CAA, entre cuyas líneas estratégicas y prioritarias siempre ha estado el compromiso con la igualdad de género en los medios, ha situado a Andalucía en la vanguardia. A este trabajo sobre los indicadores, hay que sumar, ha explicado Carmen Morillo, el hecho de que desde 2009 el Consejo Audiovisual de Andalucía mide la presencia de hombres y mujeres en los informativos de las televisiones públicas para valorar si los medios reflejan adecuadamente la progresiva incorporación de la mujer a la vida pública y la superación de estereotipos.
La conclusión es que no es así, ha lamentado: tres de cada cuatro intervenciones son masculinas. “La nutrida presencia de la mujer en ámbitos como la Universidad, la sanidad, las organizaciones profesionales, sindicales, políticas o en el movimiento vecina no se refleja en los informativos”. Morillo ha advertido de que este desequilibrio no es solo responsabilidad de los medios, sino también del hecho de que allí donde no se impone la paridad, las voces de autoridad son masculinas: colegios de abogados, de medicina, ámbitos educativos, etc…
Finalmente, ha manifestado la necesidad de que todas las autoridades reguladoras del audiovisual asuman y se comprometan en la vigilancia y salvaguarda de la igualdad de género en los medios: consensuar indicadores de género y realizar informes periódicos, compartir metodología y experiencia. “La Comisión Europea debería dar un paso más allá de la mera recomendación para exigir estos informes al igual que se nos exige que evaluemos la emisión y financiación de obra audiovisual europea o la implantación de medidas de accesibilidad”.
Incorporar cuotas de difusión de contenidos que fomenten la igualdad, de la misma manera que se hace en la actualidad para alcanzar otros objetivos, como la cuota de emisión de obra europea o de obra independiente a la que están obligados los medios audiovisuales públicos europeos es otra de las propuestas.
“Necesitamos una ciudadanía crítica, que conozca sus derechos y que denuncia y, por supuesto, es muy difícil avanzar sin introducir la perspectiva de género en la formación de los profesionales de os medios y de la publicidad”, ha concluido su conferencia Carmen Morillo.