En el ejercicio del periodismo es imprescindible el compromiso social. Informar de un caso de violencia de género a través de testimonios de vecinos, amigos y allegados de las personas implicadas -víctima o agresor- no sólo no aporta información útil a la sociedad sino que desvía el foco de un problema social sumamente grave y complejo, y contribuye a transmitir la idea de que el suceso es una cuestión privada, doméstica y circunstancial. Y sobre todo, traslada a la opinión pública que se trata de un suceso más y, como tal, su cobertura se caracteriza por el morbo y el sensacionalismo.
El rigor informativo es imprescindible para hablar de la violencia machista, que no es un suceso más, sino un fracaso de la sociedad. Los medios de comunicación han ejercido en los últimos años un papel impagable en la concienciación social sobre la violencia de género. La han situado entre los primeros temas de su agenda informativa, han aumentado el número de noticias y la duración de las mismas. Si bien, persiste esta inercia, y aún hoy, a pesar de las recomendaciones de organismos como el Consejo Audiovisual de Andalucía, asociaciones profesionales y expertos en la materia que coinciden en desterrar estas prácticas, el relato de las personas allegadas a las víctimas sigue siendo significativo.
Los profesionales de la información que tienen a su disposición múltiples guías y códigos deontológicos para abordar la violencia de género, y sus consecuencias más extremas, como son los asesinatos. Entre ellas, la Guía para el tratamiento informativo de los procesos judiciales, que a partir de la página 47 dedica un capítulo a este asunto.
Los medios también disponen del último informe sobre el tratamiento informativo de la violencia de género en las televisiones públicas andaluzas, donde pueden comprobar qué aspectos pueden mejorar, como la alta estacionalidad de estas informaciones o la ausencia de testimonios y declaraciones de personas expertas, que se sitúan en el 5,53% frente al 14% de tiempo dedicado a entrevistar a allegados y vecinos de los implicados.
Conviene recordar la relevancia de acudir a voces de personas expertas en la atención y el estudio de la violencia de género. El compromiso social del periodismo no reside únicamente en contar cada caso de asesinato machista, pues este hábito sin más está contribuyendo a estandarizar la información sobre estos crímenes y convertirlos en estadísticas y comparativas. El compromiso social del periodismo consiste también en brindar a la opinión pública las aportaciones de los profesionales sanitarios, del área de la psicología o de la atención social, para trasladar a la audiencia, en la medida de lo posible, la complejidad de este grave problema, cuyas consecuencias extremas y últimas son las muertes violentas.
La elevada presencia de voces femeninas en las noticias sobre violencia de género (67%) en comparación con el promedio en el resto de informaciones (31%) también es un factor a reconducir. La violencia de género no es un asunto exclusivamente femenino. Aumentar la presencia de hombres en estas noticias, ofrecer a la audiencia las opiniones de actores sociales de referencia, como deportistas, artistas o emprendedores, contribuiría enormemente a implicar a la totalidad de la sociedad en este arraigado problema que en lo que va de año ha segado la vida de 44 mujeres a manos de hombres. Una sociedad democrática no puede soportar este número de víctimas y de hijos huérfanos.
Estas víctimas son además doblemente victimizadas cuando, sin más, los locutores de radio o televisión, mencionan que no había presentado denuncia. Sería muy positivo para la sociedad y para otras posibles víctimas de violencia de género que están frente al televisor en ese momento, desarrollar esta situación. Explicar qué ocurre cuando una mujer denuncia, qué pasos seguir y, sobre todo, difundir los recursos a los que puede acudir, como el teléfono 016.
El periodismo es compromiso social, y en el caso de la violencia de género, y a la hora de contar casos de asesinatos machistas, este ejercicio debería convertirse en la máxima de todo profesional que se enfrente a esta noticia. De lo contrario, será más difícil y tardaremos más tiempo. Se deben poner todos los medios, incluidos el poder del periodismo y la influencia de los medios de comunicación para luchar por acabar con esta situación.