El Consejo Audiovisual de Andalucía ha tratado, en el segundo día de las jornadas sobre ‘Protección de los menores en el entorno digital’, del riesgo elevado de adicción que generan los videojuegos, de la necesidad de formar usuarios inteligentes de las nuevas tecnologías y, entre otros temas, del papel de las familias para no perder autoridad ante las pantallas.
Xabier Carbonell, profesor de la Facultad de Psicología de la Universitat Ramón Llull y experto en los efectos de las tecnologías digitales en la conducta humana, ha abierto las jornadas con el consejo de que “no conviene patologizar la vida cotidiana y pensar que todo es una adicción”.
En este sentido, Carbonell ha subrayado que no existe adicción al teléfono móvil ni a internet, sino a lo que hacemos con el móvil y a algunas aplicaciones de la red, “aunque entiendo que haya una alarma social”. No obstante, el psicólogo ha advertido de que donde sí existe más riesgo de adicción es en los videojuegos, más propensos a provocar dependencia psicológica, focalización, deterioro en el control y otras consecuencias negativas de conducta.
Por su parte, la decana de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra e investigadora desde hace más de veinte años del impacto de la tecnología en los más jóvenes, Charo Sádaba, ha tratado sobre los retos de formar usuarios inteligentes y destacado que “la tecnología es tan importante para los jóvenes porque satisface de forma rápida y ágil sus necesidades de socialización, de ocio e identidad, otra cosa es que los hagan correctamente”.
Sádaba ha explicado que los riesgos de internet “no son realmente malos, sino que de ellos hay que aprender y evitar que se conviertan en daños”. Según la experta, los riesgos más habituales son de contenidos nocivos o inapropiados, de contactos (grooming) o conductas (sexting, ciberbulling) y para abordarlos hay herramientas, filtros y estrategias, “pero cuando los niños crecen hay que trabajar la educación”.
La salvaguarda de los menores ante internet es así, en opinión de Charo Sádaba, “una tarea de todos”: padres, educadores y administraciones públicas.
Xavier Bringué, profesor de la Facultad de Comunicación de la Universidad de Navarra, ha expuesto los resultados de su investigación de más de dos años sobre el el papel de las familias en la desactivación de los riesgos y su proyecto de cursos o talleres en el que son éstas las que deciden cómo actuar conforme a su proyecto de familia.
Víctor Sampedro, catedrático de Opinión Pública de la Universidad Rey Juan Carlos, ha centrado su intervención en ‘Pedagogía y dietas digitales’ y advertido de que “la industria de la comida rápida y las tecnológicas más implantadas nos convierten en consumidores adictos a dietas que repercuten en nuestra salud, en nuestro bienestar personal”.
Sampedro ha afirmado que “el triángulo digital de las Bermudas” de los jóvenes son los restaurantes de comida rápida, donde además conocen las precariedad del trabajo, las calorías falsas y lugares de convivencia mercantilizados, las pantallas y los centros comerciales, “ que han sustituido a las ágoras griegas y donde van también a lugares de comida rápida”.
Por último, Domingo Malmierca, adjunto a la dirección de la Fundación Aprender a Mirar y profesor del Instituto de Neuropsicología y Pedagogía Aplicadas (INPA), ha cerrado estas jornadas con conferencia sobre ‘Lo que ven y lo que dicen hoy los jóvenes. Programación infantil’. Malmierca ha aseverado que “las pantallas no hacen daño si uno no quiere, sino que pueden favorecer el desarrollo cognitivo de los más jóvenes”. Asimismo, ha afirmado que los padres son los únicos responsable, al 99%, de la vida digital de sus hijos.