La jornada ‘Dímelo en andaluz’, organizada por el Consejo Audiovisual de Andalucía (CAA) y la Facultad de Comunicación de la Universidad de Sevilla, ha servido para reivindicar el uso del habla andaluza en los medios de comunicación audiovisuales, el cine y el teatro, a la vez que se ha instado a prestigiarla y desechar la autocensura por parte de los profesionales del sector.
En la inauguración del acto, el presidente del Consejo, Antonio Checa, ha subrayado que la utilización que los medios hacen del idioma es una de las preocupaciones de este organismo y que, con motivo de la celebración el Día de Andalucía, se hacía conveniente reflexionar “de manera amplia y plural” sobre el habla andaluza. Por su parte, la consejera del CAA y cineasta Pilar Távora ha subrayado que lleva toda su trayectoria profesional luchando contra la imposición del castellano y ha llamado a empoderar el andaluz.
Con el periodista especializado en información de cine y teatro y director general de ASECAN, Javier Paisano, como moderador, la primera de las mesas redondas de la jornada ha contado con el profesor de Lengua Española de la Universidad de Málaga, Ígor Rodríguez, quien ha denunciado la existencia de “una inferiorización lingüística contra Andalucía” y que a muchos andaluces se les cuestione o excluya de sus puestos de trabajo, sobre lo que ha puesto como ejemplos los casos de una docente de Inglés en el norte de España, a una profesora de español en el Instituto Cervantes de Italia o el de un militar, de la Guardia Real, apellidado García y al que recriminaban por pronunciar ‘Garsía’.
Tras un amplio trabajo de campo lingüístico, que incluyó las emisoras del Grupo Prisa, y en el que ha basado su tesis doctoral, Ígor Rodríguez ha constado que los presentadores andaluces suelen cambiar su forma de hablar, incluso en Canal Sur, pero en cambio eso no sucede en otros colectivos como jueces, fiscales o abogados. El lingüista ha abogado así por desechar la idea de que nuestra lengua sea inferior, poco seria o menos formal, lo que conlleva a una autocensura o autorepresión.
Por su parte, la actriz y profesora de Arte Dramático Concha Távora, que ha participado también en la primera de las mesas redonda, se ha lamentado de que el andaluz esté considerado “una lengua para la comedia pero no para la tragedia” y que haya “mutilación en la formación y expresión desde los escenarios y los platós”. Ha explicado así que en la Escuela Superior de Arte Dramático de Sevilla se enseña a interpretar en castellano, a excepción de la asignatura opcional que ella imparte dedicada al teatro de su padre, Salvador Távora.
La publicidad institucional no habla andaluz
En esta misma línea, ya en la segunda mesa redonda, se ha manifestado también la actriz, presentadora y directora de doblaje Mercedes Hoyos, quien ha incidido en que en las series y películas los personajes que hablan en andaluz suelen ser gente inculta o de barrios bajos. También ha llamado la atención sobre el hecho de que la publicidad institucional de la Junta se siga haciendo en castellano.
El profesor de Lengua y Literatura Manuel Rodríguez Illana, autor del libro ‘Por lo mal que hablamos’, ha hecho igualmente hincapié en que el andaluz sea la lengua de los chistes y chascarrillos, de personajes de baja extracción social en el cine, mientras que Antonio Manuel Rodríguez, profesor de Derecho Civil de la Universidad de Córdoba, escritor y activista cultural, ha animado “a sentirnos orgullos de hablar andaluz, pero entendiéndolo no como una evolución del castellano, lo que es un error, sino como un habla propia, anterior a la romanización”.
Tras ilustrar su teoría con numerosos términos y sonidos que han perdurado hasta nuestros días, Antonio Manuel Rodríguez ha afirmado que el habla andaluza es una de las “prueba más contundentes de la historia milenaria de Andalucía”.
Por último, el periodista de radio y televisión Rafael Cremades, que ha recordado que en sus inicios pudo comprobar cómo era considerada inadecuada su forma de hablar, ha señalado que en Canal Sur “nos dejan hablar como queramos”, “que debemos hablar como lo sentimos”, siempre que el mensaje llegue, y que se ha avanzado mucho aunque permanezcan algunos estereotipos.
El acto ha incluido la proyección de fragmentos de documentales, series y películas que, según Pilar Távora, muestran que “se pueden hacer locuciones en andaluz, recitar poemas en andaluz, narrar historias en andaluz, y que no se pierde nada por ello”. Las imágenes han correspondido a cintas como ‘Los invitados’, ‘Cavilaciones’, ‘La voz dormida’, ‘Isla mínima’, ‘Yerma’, etcétera.