La mesa redonda ‘La mujer y el cine’, que se ha celebrado en el Consejo Audiovisual (CAA) con la participación de seis profesionales del sector audiovisual y académico, ha servido para reivindicar un mayor presencia de mujeres haciendo cine y más personajes protagónico femeninos, que además ofrezcan una imagen real alejada de estereotipos sexistas. Las participantes en el acto han coincidido en la necesidad de reclamar acciones positivas y de la intervención gubernamental, pero también de una más fuerte concienciación de sus capacidades y talentos y un mayor empuje por parte de las mujeres.
En la apertura de este encuentro, el presidente del CAA, Antonio Checa, ha subrayado que dos de las “inquietudes” y líneas de trabajo de este organismo son la difusión del cine andaluz y la defensa de un tratamiento igualitario de la mujer en los medios audiovisuales, temas que se aúnan en la organización de esta mesa redonda. Checa ha llamado también la atención sobre el hecho de que las mujeres representan el 65% del alumnado licenciado en los estudios audiovisuales de las universidades andaluzas, pero ocupan menos del 7% en los puestos de decisión creativa o técnica.
La consejera del CAA y cineasta Pilar Távora, que ha ejercido de moderadora de la mesa redonda, ha señalado que hace ahora 95 años se dirigió la primera película por una mujer y “no hemos avanzado mucho, los datos no son alentadores y eso hace que nos tengamos que convertir en nuestras propias productoras”.
Hoy en día el 80% de las cintas están dirigidas por hombres y, además, el coste medio de las películas de las mujeres es de 1,4 millones de euros, mientras que en el caso de los hombres se eleva a 2,7 millones de euros, ha señalado Pilar Távora, quien también ha pedido que se comience ya a desarrollar la ley andaluza del cine.
Esta visión pesimista ha sido compartida también por Agus Jiménez, productora y vicepresidenta de la Asociación Andaluza de Mujeres de los Medios Audiovisuales (AAMMA), quien ha destacado que en los años 70 y 80 había en Andalucía más directoras que ahora y ha apuntado que se hace necesaria la elaboración de un diagnóstico del sector en la comunidad para conocer su estado real. Modificar esta situación es el objetivo principal de AAMMA, para lo cual esta asociación ha participado en la elaboración de las leyes del cine y del audiovisual, desarrolla múltiples iniciativas en los festivales de cine andaluces y trabaja en un plan de apoyo para mujeres que rueden su primer cortometraje entre otras actividades.
Agus Jiménez ha afirmado también que “la adopción de medidas de acción positiva por parte de la administración es la única forma de que esto cambie, incorporándolas a las leyes y a las normas reguladoras". En ello también ha coincidido Inés Romero, periodista, productora y actual delegada de la Asociación de Mujeres Cineastas y de Medios Audiovisuales (CIMA), para quien la igualdad de género en el cine pasa por la intervención estatal.
“Hay que hablar de empoderamiento, porque hay que creérselo, pero ahora es momento de hablar, sobre todo, de intervención”, ha afirmado Romero convencida de que la acción gubernamental es decisiva a la hora de erradicar los desequilibrios entre hombres y mujeres.
Por su parte, la realizadora y guionista Ana Graciani ha indicado que “a lo mejor, parte del problema resida en nosotras mismas”, porque éste es un sector difícil en cuanto a estabilidad, de difícil conciliación familiar y en el que el número de alumnas en las facultades y escuelas de cine no se refleja después en el campo profesional, “se pierde mucho talento por el camino, sobre todo, en el tramo de los 30 y los 40 años con la maternidad”. Así, ha pedido a las mujeres “más confianza”, “hacernos fuertes” y “creer en nuestras capacidades y talentos”.
Papeles masculinos
Ana Graciani ha alertado igualmente sobre la construcción de personajes femeninos estereotipados y en función del hombre protagonista. En este sentido, ha señalado que en el cine uno de cada tres papeles son masculinos, lo que aumenta más cuando se trata del personaje protagónico, o en los casos de personajes de mayores de 40 años y, sobre todo, de más de 60 años. Lo mismo ocurre, según Graciani, con las líneas de diálogos, “las cuales una de cada tres son para personajes masculinos incluso en las películas de princesas”.
Irene Raya, profesora de Comunicación Audiovisual de la Universidad de Sevilla y coordinadora del libro ‘El viaje de la heroína. 10 iconos femeninos épicos del cine y la televisión’, ha tratado sobre cómo “la mujer siempre es objeto o premio para el hombre, pero no sujeto del que parten las aventuras” y de sus dos tipos de representaciones: hipersexualizada y como mujer fálica o masculinizada. Raya ha señalado que “las mujeres tenemos que atrevernos a crear productos de épica, de fantasía” y, como espectadores, a consumir productos que no caigan en los reproducción de los tópicos.
Cristina Abad, periodista, crítica de cine y subdirectora de la revista Fila Siete, se ha mostrado más optimista y esperanzada sobre el futuro de la mujer dentro de la industria audiovisual, aunque ha incidido en que la poca presencia femenina se da también en el caso de la crítica cinematográfica.