“Guía de Buenas Prácticas para el tratamiento informativo de las Desapariciones de Personas”.
Esta guía, elaborada en colaboración entre periodistas, familiares de desaparecidos, psicólogos, la fundación QSDglobal y el Consejo Audiovisual de Andalucía (CAA), busca conciliar el derecho a la libertad de información con la responsabilidad social de los medios al informar sobre casos de personas desaparecidas.
El objetivo principal es proteger a las familias que sufren el dolor y la incertidumbre de la desaparición, a la vez que se contribuye a la búsqueda y localización de las personas desaparecidas.
Los Puntos clave de la guía son:
- Respeto a la dignidad y los derechos de las personas desaparecidas y sus familias:Evitar la publicación de información personal que pueda dañar su imagen o poner en riesgo su seguridad, incluso si están implicados en posibles delitos.
- No difundir imágenes que puedan provocar dolor o angustia, especialmente en bucle o como fondo de pantalla.
- Ser conscientes del impacto duradero del contenido digital y la dificultad de borrar la huella digital.
- Rigor periodístico y fuentes confiables:Basar la información en fuentes autorizadas, como las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado (FCSE), el Centro Nacional de Desaparecidos (CNDES) y portavoces de la familia.
- Evitar la difusión de rumores o especulaciones no confirmadas.
- Contrastar la información con el CNDES y los cuerpos policiales responsables del caso.
- Sensibilidad y apoyo a las familias:Reconocer la vulnerabilidad emocional de las familias y evitar preguntas intrusivas o acoso.
- Ofrecer la posibilidad de que las familias sean representadas por alguien o acompañadas por profesionales en entrevistas, especialmente en programas en directo.
- Respetar su derecho a no conceder entrevistas o a elegir los medios a los que acuden.
- Énfasis en la información útil para la búsqueda:Priorizar la difusión de datos, fotografías e imágenes que puedan ayudar a la localización.
- Incluir características que hagan reconocible a la persona desaparecida, utilizando imágenes proporcionadas por las FCSE y el CNDES.
- Evitar la comparación de casos o la dramatización excesiva que pueda confundir a la audiencia.
- Difusión responsable de alertas:Difundir las alertas debidamente contrastadas con la familia y las FCSE, especialmente en casos de menores, ancianos o personas enfermas.
- Diferenciar entre alarma social, que puede ser contraproducente, y la difusión de alertas que pueden ser decisivas para la resolución de un caso.
La guía también insta a los medios a mantener la atención sobre los casos no resueltos, colaborando con las familias y organizaciones que buscan a sus seres queridos. Se recomienda un seguimiento periódico de las alertas, incluso en casos de larga duración, y la inclusión de expertos en programas para abordar los casos con rigor y sensibilidad.
En resumen, la guía promueve un tratamiento informativo responsable, ético y sensible a las necesidades de las familias, que contribuya a la búsqueda y localización de las personas desaparecidas sin añadir dolor al drama que ya viven.