El Pleno de Consejo Audiovisual de Andalucía (CAA) ha acordado reclamar a las administraciones una regulación estricta de la publicidad de alimentos y bebidas dirigida a los menores, y no confiar sólo en la autorregulación voluntaria del sector, como una de las medidas a adoptar para aumentar la protección de los niños y niñas ante las comunicaciones comerciales emitidas durante la franja horaria de protección infantil y luchar así contra el sobrepeso y la obesidad.
El CAA hace este requerimiento ante la cada vez más cuestionada eficacia y el bajo nivel de cumplimiento del Código de Autorregulación de la Publicidad de Alimentos y Bebidas dirigida a Menores, Prevención de la Obesidad y la Salud (Código PAOS), único texto normativo específico sobre alimentación, comunicación comercial y menores que nació en 2005 como respuesta a la necesidad de establecer ciertos límites a la promoción de productos destinados al público infantil.
Aunque el último informe de actividad de la Asociación para la Autorregulación de la Comunicación Comercial (Autocontrol), encargada de la supervisión del cumplimiento de los principios del código PAOS, señalaba que en 2018 sólo se desaconsejó la difusión de 8 anuncios, que en 179 se recomendó introducir cambios y en 683 casos no se apreciaron inconvenientes, numerosos estudios ponen en tela de juicio estos resultados. La Revista Pediátrica de Atención Primaria publicó un informe sobre la publicidad alimentaria del canal infantil Boing en 2016, con la conclusión de que el 73,9% de los anuncios incumplieron alguna norma del Código PAOS.
El estudio ‘La publicidad televisiva dirigida a menores en España: seguimiento del Código PAOS’, publicado en 2019, señala que los anuncios de alimentos y bebidas no básicos y poco saludables son los que hacen un uso más intenso de estrategias orientadas a persuadir a los menores de su consumo, incumpliendo el código que voluntariamente firmaron las empresas que los representan. La Asociación Justicia Alimentaria advierte de que el Código PAOS es incumplido por el 49,3% de los anuncios de las empresas adheridas al mismo, curiosamente con un mayor porcentaje de incumplimiento entre las que sí lo han suscrito sobre las que no. Y la propia Organización Mundial de la Salud (OMS) ha mostrado en varias ocasiones sus dudas sobre la eficacia del código y sus sistemas de supervisión.
Un 54% de anuncios de productos con alto contenido de azúcar
Por su parte, el informe 2019-2020 elaborado por el CAA indica que más de la mitad (54%) de las inserciones de publicidad de alimentos dirigidas a menores (PADM) pertenecen a productos susceptibles de un elevado contenido en azúcar: galletas (13,2%), productos de cacao (7,9%), panadería y pastelería (7,9%), bebidas refrescantes (5,6%), dulces de Navidad (5,2%), yogures y postres frescos (5%), cereales (3,3%), chocolates (3,2%) y caramelos y golosinas (2,4%). Estos grupos de productos suponen un 36% respecto al resto de la publicidad de alimentos, por lo que se evidencia que la presión publicitaria con productos azucarados es bastante mayor para el público infantil.
El estudio del Consejo destaca igualmente que no se ha emitido ningún anuncio de productos frescos en la PADM, mientras éstos suponen un 3% del resto de la publicidad. Estos datos ponen de manifiesto que, en general, la publicidad de alimentos está enfocada hacia productos procesados o ultraprocesados (buena parte de ellos azucarados) y hacia los establecimientos de fast food, y que esta realidad es aún más patente en el caso de las comunicaciones comerciales destinadas a menores.
El informe del CAA ha analizado toda la publicidad convencional emitida entre el 1 de noviembre de 2019 y el 29 de febrero de 2020 por los canales autonómicos Canal Sur TV, Andalucía TV y Bom Cine, por los canales nacionales generalistas Antena 3, Cuatro, Telecinco y La Sexta, y por canales temáticos Boing y Disney Channel. En total, se han examinado 2.587 campañas publicitarias, cuyas inserciones superaron el medio millón de anuncios.
Según los resultados de este estudio, los anuncios de alimentos para menores alcanzaron el 5,8% del total de la publicidad emitida, oscilando por prestadores entre el 13% de Disney Channel y el 3% de Antena 3 (Bom Cine no emitió ninguna comunicación comercial dirigida a menores). Se trata de un porcentaje significativo, superado solamente por sectores como deportes y tiempo libre (14,2%); distribución y restauración (10,6% excluyendo PADM); belleza e higiene (10,7%); servicios públicos y privados (10,4%); alimentación (8%, excluyendo PADM.); cultura, enseñanza y medios de comunicación (7,6%); y salud (7,4%). El periodo de la muestra (de noviembre a febrero) explica la predominancia de deportes y tiempo libre, donde está incluida la publicidad de juguetes, que es muy estacional y se concentra sobre todo en la campaña de Navidad.
El informe constata igualmente que el 79,6% de la publicidad analizada se emite dentro del horario de protección de menores (de 6 a 22.00 horas). La PADM está algo por encima de este promedio alcanzando el 80,2% de sus inserciones en dicho horario, lo que supone el 5,6% del total de publicidad emitido en horario de protección. Esta pauta se repite si nos referimos a la franja reforzada, donde se emite el 27,8% de la PADM y el 27,3% de toda la publicidad.
Ante estos datos y la evidencia de que el sobrepeso y la obesidad infantiles están influenciados por la comercialización de alimentos y bebidas con alto grado de grasas saturadas, sal y azúcares libres, el CAA ha instado a los prestadores de servicios audiovisuales a que limiten en horario de protección de menores las comunicaciones comerciales que fomenten la alimentación no saludable. También se pide a las administraciones competentes que se impulse una correcta alfabetización audiovisual para que los niños y niñas sean capaces de identificar los objetos persuasivos de la publicidad.
Por otro lado, el Consejo considera necesaria la colaboración de las administraciones públicas con las cadenas públicas y privadas de Andalucía para impulsar la difusión de programas y campañas de publicidad que tengan por objetivo alertar de los peligros sobre la ingesta de este tipo de productos alimentarios y su incidencia negativa en la salud de los menores. Igualmente, serían necesarias otras medidas que tengan por objeto la sensibilización, la formación y la eliminación de estereotipos negativos sobre la obesidad, el sobrepeso y los trastornos de la conducta alimentaria.
Información clara y veraz sobre calidad nutricional
Asimismo, el CAA reclama a la industria de alimentación y bebidas que las comunicaciones comerciales destinadas a menores contenga una información clara y veraz sobre la calidad nutricional de alimentos y bebidas de consumo comercial, a la vez que deberán procurar que estos anuncios no destaquen cualidades positivas de sus aspectos nutricionales. Para ello sería necesario introducir mejoras en la información al ciudadano, como el etiquetado frontal Nutri-score, que aporta datos claros sobre la calidad nutricional del producto.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) viene advirtiendo desde finales del siglo pasado que éste es uno los problemas más graves de salud pública de la sociedad actual, que además puede estar empeorando por la actual situación de alarma sanitaria provocada por la Covid-19. Como una de las causas de los altos índices de sobrepeso y obesidad en edad infantil y entre los adolescentes, la comunidad científica señala los malos hábitos alimentarios, agravados por una publicidad que en algunos casos es engañosa y no muy clara en relación con la calidad nutricional de los alimentos, lo que provoca la ingesta de productos con alto contenido en azúcares, sal o grasa. Los otros dos factores serían la poca predisposición a la práctica de ejercicios físicos con un mínimo de frecuencia y la llegada a nuestras vidas de los dispositivos móviles.
Según el último estudio realizado en 2019 por el Ministerio de Salud, el 40,6% de los escolares analizados (16.665 niños entre 6 y 9 años de 276 colegios de todas las comunidades autónomas) presentaban sobrepeso. En Andalucía, de acuerdo a los datos más recientes de la Junta, el sobrepeso se sitúa en el 21% y la obesidad en el 11,8% de la población infantil, de forma que tres de cada diez niños andaluces padecen este problema.