El CAA, se reúne con el profesor Lluís Ballester (LB), quien agradece la invitación y repasa algunos de los datos más relevantes de sus estudios, como el que entre el 15% y el 20% de los jóvenes encuestados recordaran los 8 años como la edad de su primer acceso a la pornografía, cuyos contenidos, además, son cada vez más extremos. LB también reflexiona sobre el acceso de las chicas, que en el informe de 2018 era en España veinte puntos menor que el de los chicos, mientras que en el último estudio de 2023 en Baleares esa distancia se ha reducido a un 5%, si bien tanto la frecuencia como la intensidad de este acceso sigue siendo sensiblemente inferior en las chicas, que declaran en las encuestas que su interés en la pornografía estriba en su deseo de aprender de ella y de comprender la fascinación que produce en los chicos. Asimismo, LB recalca que resulta muy preocupante que el consumo de pornografía esté afectando a los jóvenes en su rendimiento académico, ya que el 13% de ellos declara que dicho consumo se produce de madrugada, a partir de las 12 de la noche, en sus habitaciones, ya que no encuentran otros momentos ni lugares de intimidad suficiente, lo que redunda, entre la pornografía y el tiempo dedicado a las redes, en un descanso nocturno insuficiente que los profesores están detectando claramente por el número de alumnos que son incapaces de concentrarse por las mañanas en las clases.
Otro fenómeno muy preocupante es la creciente percepción por los jóvenes de que el consumo de pornografía se ha convertido para ellos en un hábito problemático: se ha pasado del 25% en 2018 (España) al 31% en 2023 (Baleares). Otros problemas señalados por el profesor son el aumento de prácticas de riesgo (al descartarse los preservativos por imitación de la pornografía) o violentas, también por imitación de los modelos pornográficos, lo que está rompiendo cualquier esquema de relaciones afectivas sanas, basadas en el consentimiento, la seguridad y el respeto mutuo. La percepción problemática antes referida hace que casi uno de cada tres chicos declare que la pornografía le afecta de forma negativa, al aburrirse en las prácticas sexuales que mantienen con sus parejas y que no se corresponden con las prácticas pornográficas. Este problema es muy inferior en las chicas (7%).
Además de todo lo anterior, LB señala que está creciendo también el riesgo por los contactos hechos por Internet, algo que era irrelevante en las encuestas anteriores, pero que alcanza ya a un 10% de los jóvenes encuestados recientemente, que reconocen difundir imágenes pornográficas de sí mismos.
Por todo esto, LB considera imprescindibles medidas fiables de verificación de la edad, algo que por fin es una obligación legal y para lo que se están produciendo avances técnicos en muchas partes de Europa, tras el primer intento fracasado del Reino Unido. LB aboga también porque la normativa exija que todos los dispositivos se vendan con controles parentales preinstalados, que se persiga penalmente la difusión de contenidos pornográficos con presencia de menores o que inciten a la violencia, o que se impida la difusión (probablemente financiada por las empresas interesadas) por youtubers de instrucciones sobre cómo burlar los controles de edad en sitios como OnlyFans.
Esta sesión de trabajo, se une a otras realizadas con expertos y ayudan al CAA, en el diseño y organización de las jornadas anuales que en esta ocasión, abordarán el tema de la indefensión de los menores ante la pornografía, que tendrán lugar en el Parlamento de Andalucía, el día 10 de mayo.
Por último, el profesor hace alusión a algunos de sus trabajos recientes donde se revelan datos actualizados en esta materia, como el estudio que se puede consultar o descargar más abajo.